Nos hemos despertado a una hora razonable e, inmediatamente, nos hemos empezado a preparar para nuestra visita a Sealand. Hemos recogido la habitación y, mientras Laura se terminaba de preparar yo he calculado que las probabilidades de que volviese al motel donde hemos pasado la noche eran nulas, de modo que les he vaciado el mini-bar. Hemos salido, debido a mi pequeña incursión, justo después de que pasase el servicio de habitaciones, alegando que el baño debía airearse (que no era mentira, después de la ducha de Laura la cantidad de vapor que había hacía que pareciese un decorado de peli de serie B)
Seguir leyendo «Bitácora del Internetófilo. Día 24» →
0.000000
0.000000