La adolescencia está algo sobrevalorada:

6Teen, para los que no lo sepáis, que sospecho seréis todos salvo yo cuando relea este artículo, era una serie canadiense y era un poco como el hijo bastardo de Kim Possible  y Friends. No hay tramas internacionales de espionaje y supervillanos (aunque eso habría añadido muchísima fuerza a la serie), sino las relaciones entre seis amigos. Los personajes recuerdan mucho a los de Friends, pero los problemas a los que se enfrentan tienen más que ver con los de Kim Possible (de nuevo, descontando a supervillanos y hombres-mono): primeros trabajos, encaprichamientos (sorprendentemente, no me ha saltado el corrector de Word), primeras relaciones, primeros besos… Una serie que me recuerda a la adolescencia que nunca tuve.
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El Kalinin K-7 y los rusos.

Adoro la Rusia comunista, no por sus ideales, pero sí por sus ideas. Sus genialmente ridículas ideas. Empezaré con una anécdota que no sé si habréis oído o no:

Los alemanes, en la Segunda Guerra Mundial, tenían, objetivamente hablando, los mejores tanques, fusiles, subfusiles (siguen apareciendo MP-40’s y MP-38’s con esvásticas incluidas en redadas a los narcos mexicanos y colombianos). Esto, en contra de lo que se pueda pensar, supuso un problema. No tanto con las armas, sino más bien con los tanques. Cuando los alemanes tenían un problema con sus tanques, tenían que llamar a un mecánico de la Daimler (cuya submarca más conocida es Mercedes) para que fuese a repararlo. Sólo podemos imaginar las maravillosas conversaciones entre herr Nazi-Kommandant y herr Daimler-Benz Techniker.
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