Esperé a la señora Huang en el rellano del piso de Karl durante media hora. Olía raro. Había olido algo parecido antes, pero no podía ubicarlo. Tras unos segundos, decidí apartarlo de mi mente.
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Vigilancia, parte 13
Mika estaba correteando por la oficina mientras yo leía una de las pocas novelas que quedaban en los cajones de mi mesa cuando sonó el teléfono.
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Vigilancia, parte 12
Suzette y yo nos metimos en la cama, abrazados.
El médico no nos había aclarado nada. Y, en mi caso, aunque lo hubiese hecho, no lo habría recordado.
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Vigilancia, parte 11
Estaba delante de casa de Karl, esperando a que bajase para seguirle mientras iba al Berry. No tendría que haberme traído el Auto. No me iba a servir para nada.
Sin embargo, me resultaba reconfortante.
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Vigilancia, parte 10
El apartamento de la señora Huang era… especial.
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Vigilancia, parte 9
No me gustaba que Sarah me hubiese reconocido, pero tampoco era una terrible tragedia. El mundo no se iba a acabar por ello, pero cada vez era más reconocible y no es bueno para un tío que quiere ser discreto que le puedan reconocer. Afortunadamente, no había abordado el tema en los últimos días, así que… eso, supongo.
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Vigilancia, parte 8
Me estiré e incorporé. Sacudí un manotazo al despertador que había metido en el coche y le quité la tapa al objetivo de la cámara.
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Vigilancia, parte 7
Mann y su pareja se quedaron en el bar hasta las cuatro, hora a la que decidieron que ya era muy tarde para los dos.
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Vigilancia, parte 6
Dependiendo de a quién preguntases cómo olía Nuevo Edén, podías llevarte una de dos respuestas.
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Vigilancia, parte 5
No todas las carreteras que salían de Noctua deban mal rollo. Pero, por lo visto, para ir a visitar a los padres de Mann, había que salir por Los Bosques. O eso, o a Mann le encantaba ir por uno de los lugares más peligrosos de todo Horza.
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